El gobierno de Japón autorizó la reanudación de actividades en la central Tomari. Se solicitó que actúe de forma "responsable a la hora de aplicar medidas de seguridad". El 11 de marzo un terremoto seguido por un tsunami destrozó la central Fukushima-Daiichi.


Japón aprobó hoy la reanudación de actividades comerciales del reactor número 3 de la central nuclear de Tomari (norte), el primero en recibir dicha autorización tras la crisis nuclear en Fukushima, confirmó el Ministerio de Industria.

Para certificar la actividad comercial del reactor, que ya generaba electricidad a pleno rendimiento por encontrarse en la fase final de su puesta a punto, el Ejecutivo obtuvo hoy la aprobación del gobierno de Hokkaido, donde se encuentra la planta, que a su vez había obtenido permiso de las localidades cercanas a la central.

Tras dar luz verde al gobierno central, la gobernadora de Hokkaido, Harumi Takahashi, solicitó hoy al Ejecutivo que "actúe de manera responsable a la hora de aplicar todas las medidas de seguridad posibles tras el accidente de Fukushima", según informó la agencia Kyodo.

El reactor 3 de Tomari, paralizado desde el pasado mes de enero por estar sometido a una inspección regular, no había podido retomar su actividad ya que la crisis nuclear de Fukushima Daiichi paralizó por precaución la mayor parte de reactores del país.

La semana pasada, Hokkaido Electric Power, operadora de la central, y la Agencia japonesa de Seguridad Nuclear concluyeron las pruebas finales del reactor y confirmaron su correcto funcionamiento.

Japón mantiene más del 70 por ciento de los 54 reactores nucleares con los que cuenta paralizados a raíz de la crisis iniciada el 11 de marzo, para lo que se solicitó a ciudadanos y empresas el ahorro de hasta un 15 por ciento de electricidad para hacer frente a la alta demanda durante los meses de verano.

Para poder retomar la actividad de los reactores, el gobierno hizo obligatorio que superasen una prueba de resistencia que garantice su seguridad a través de simulaciones informáticas que evalúan el aguante de las plantas ante situaciones de emergencia, como terremotos y tsunamis.

Las pruebas se desarrollan en dos fases, la primera para analizar los reactores parados por precaución o por revisión rutinaria después del 11 de marzo, y cuyos resultados condicionarán el diálogo de reapertura con los municipios que albergan dichas unidades.
La segunda etapa no se iniciará hasta que no se dé por concluida la primera y pondrá a prueba los reactores que en estos momentos se encuentran operativos en el archipiélago.

Fuente: Infobae, 17 agosto 2011